Los días que nos separan, Laia Soler

Editorial: Plataforma Neo Editorial

Páginas: 411

Año de publicación: 2012

Género: Juvenil, romántica

Obra ganadora del I Premio Literario La Caixa / Plataforma Neo

Resumen: Abril esta obsesionada con sus sueños. Desde que se cruzó con ese desconocido en la biblioteca, él se le aparece cada vez que se queda dormida. En su mundo onírico, el chico es Víctor, un burgués de la Barcelona de 1914, y ella... Ella ni siquiera es ella misma, sino Marina, una obrera que vive en el mismo edificio que Víctor. Mientras la historia de los dos jóvenes del pasado avanza noche tras noche, Abril lucha por mantenerse al margen de las emociones de Marina e intenta descubrir qué significan esos sueños.

Reseña: Cuando leí el resumen de este libro me atrajo mucho. No hace falta decir de qué va a ir el libro; supongo que os lo imagináis por la sinopsis. Yo también me lo imaginé y decidí leérmelo (especialmente después de ver que Lil lo ponía por las nubes), y la verdad es que me ha encantado.

Trata de una universitaria llamada Abril que va un día a una biblioteca, se cruza con un chico que la ayuda a coger Peter Pan de la estantería y hacia el que siente algo "extraño", como una corriente eléctrica. Hasta ahí un poco tópico, sí. Pero esa noche empieza a soñar con él... sueña que ella misma es Marina, una chica obrera que vive en la Barcelona de 1914 y empieza a trabajar para la familia de abajo que (¡oh!) es la del chico que la llamó impertinente cuando se cruzó con ella en el portal. Y, curiosamente, Víctor es clavado al chico de la biblioteca. Ahí lo dejo.

A mí este libro me ha enamorado. Creo que tiene muy bien merecido el premio Plataforma Neo, tanto por la magia de la historia como por la pluma de la autora. Te deja con intriga hasta el final (yo me leí la mayor parte en apenas dos horas, y adivinad con qué dolor de cabeza acabé), pues, además de la historia del pasado, tenemos la de Abril, la chica que empieza a creer que está loca.

La trama me ha resultado un poco tópica. Chico rico + chica rica = todos lo sabemos. Pero, aun así, tiene puntos que enganchan, cosas distintas que lo alejan de lo común. Cada escena resulta original, cada hecho que tiene lugar. Por parte de Abril, tengo que decir que la historia es bastante más sencilla: ella es una chica normal con una vida normal... pero que poco a poco va descubriendo que sus sueños son más importantes de lo que parece.

La prosa es muy buena. Las palabras fluyen y no te das cuenta, y hay diálogos y frases que te dejan como "¡Vaya con la tía esta, cómo habla!" y demás. Sin embargo, diría que le falta un poco de magia en la narración, algo que termine por calificarla de maravillosa.

Los personajes están bien definidos, aunque les falta miga. No me acaba de convencer la personalidad de algunos de ellos, aunque sí es cierto que cambian mucho y se hacen bastante redondos.

La primera de todos: Abril. Una universitaria normal y estresada, aficionada a la lectura, a cargo de su hermano y parte de una familia medio rota. Vemos cómo cambia cuando empiezan sus sueños con Víctor, cómo empieza a agobiarse aún más, a romperse y a creer que está loca. Me ha convencido bastante, pues, además de transmitir sentimientos intensos, tiene la cabeza bien puesta y no se deja llevar.

Existe una palabra para definir el momento en que fantasía y realidad se mezclan: locura.

Después, Marina: es la típica joven obrera de la década de 1910, medio pobre y aún sin una vida definida. Sus planes de futuro se trastocan un poco cuando conoce a Víctor, el en apariencia idiota, repelente y creído de Víctor, y empieza a sentir cosas que no deberían estar ahí. Me gusta, al igual que dije con Abril, su sensatez y, a la vez, su sensibilidad. Su mala leche hará que te rías unas cuantas veces a lo largo del libro, sobre todo en los diálogos con Víctor.

Víctor es mío el clásico rico que no parece apreciar lo que tiene, que se cree superior y que a Marina como basura (al menos desde el punto de vista de esta). Poco a poco vemos cómo se abre, aunque sin dejar nunca de lado esa parte fría que lo caracteriza.; lo único que no parece cuajar en él, y que, sin embargo, le da la chispa que hace de este personaje el mejor con el que me cruzado en Los días que nos separan.
Y el último protagonista es el chico de nombre secreto, ese que vamos conociendo poco a poco y que, como es de esperar, tiene bastante importancia en esta historia.
Luego están Héctor, el sensato amigo de Abril; Mario, el novio de este, que siempre parece comprenderla mejor; el hermano y los padres de Abril; la familia de Marina, entre las que destaca su rebelde hermano Cisco; la portera, la cocinera y el mayordomo de la casa de los Altarriba, los padres y hermanitos de Víctor; cierta personita llamada Eulalia...

También sé contar. Hay dos personas en esta habitación. Dentro de cinco segundos habrá solo una.

Ahora me toca hablar del final. En cierto modo, podríamos decir que ¿se esperaba? Sí, pero a la vez resultó muy impactante para mí. Me dejó con buen sabor de boca. La última frase me encantó, perfecta para cerrar el libro.

Resumiendo, un libro que recomiendo a todo el mundo pues, pese a que el argumento pueda parecer tópico en un principio, te dejará intrigad@ hasta el final, narrando una difícil historia de amor desde la hábil pluma de Laia.